Antoni Tàpies
¡Hola de nuevo!💭😉
Hoy os vengo a hablar acerca de otro de los autores que me fue asignado a principio de curso, y que me ha parecido interesante y os quiero dejar información sobre él, su técnica, los movimientos en los que sitúa y las obras. Esto lo organizaré en dos entradas, en esta primera la biografía y en la segunda, la técnica, movimientos y obras.
Antoni Tàpies i Puig, I marqués de Tàpies, nació en Barcelona
el 13 de
diciembre de 1923 y
murió el 6 de febrero de 2012.
Fue un pintor, escultor y teórico del arte español, uno de los principales exponentes a
nivel mundial del informalismo.
Está considerado como uno de los artistas españoles más del siglo XX. Su obra goza
de un centro de estudio y conservación en la Fundación Antoni Tàpies de
Barcelona.
De formación autodidacta, Tàpies creó
un estilo propio dentro del arte de vanguardia del
siglo XX, en el
que se combinaban la tradición y la innovación dentro de un estilo abstracto lleno de simbolismo,
dando gran relevancia al sustrato material de la obra. Hay que destacar el
marcado sentido espiritual del artista en su obra, donde lo material trasciende
su estado para significar un profundo análisis de la condición humana.
La obra de Tàpies ha tenido una gran
valoración a nivel tanto nacional como internacional, estando expuesta en los
más prestigiosos museos del mundo y conociendo muchos artistas.
Era
hijo del abogado Josep
Tàpies i Mestres y de Maria Puig i Guerra, hija de una familia de
políticos catalanistas.
La profesión de su padre y las relaciones de su familia materna con miembros de
la vida política catalana propiciaron un ambiente liberal durante la infancia
del artista. Él siempre remarcó que la confrontación entre el anticlericalismo
de su padre y el catolicismo ortodoxo
de su madre le llevaron a una búsqueda personal de una nueva espiritualidad,
que encontró en las filosofías y religiones orientales, principalmente el budismo zen.
Según
él, su vocación artística apareció con un número de Navidad de la revista D'Ací i d'Allà de 1934,
que presentaba un extenso panorama del arte moderno internacional. En 1948, fue
uno de los fundadores de la revista y del movimiento conocidos como Dau al Set,
relacionados con el surrealismo y
el dadaísmo. Además, expuso por primera vez su
obra en el I Salón de Octubre de Barcelona, mostrando dos obras de 1947: Pintura y Encolado.
En 1990, abrió
las puertas al público de la Fundación Antoni Tàpies,
institución creada por el propio artista para potenciar el arte contemporáneo.
De formación prácticamente autodidacta en lo artístico, fue un hombre de gran cultura, amante de la filosofía (Nietzsche), la literatura (Dostoyevski) y la música (Wagner). Fue un gran defensor de la cultura catalana. Su iniciación en
el arte fue a través de dibujos de corte realista, principalmente retratos
de familiares y amigos. Su primera toma de contacto con el arte de vanguardia lo llevó a adscribirse a un surrealismo de
tono mágico, estilo que cristalizó en su etapa de Dau
al Set.
Tras su paso por Dau al Set,
en 1951 comenzó una fase de abstracción geométrica,
pasando en 1953 al informalismo:
en 1951 viajó a París, donde conoció las nuevas corrientes europeas, así como
las nuevas técnicas pictóricas (dripping, grattage, etc. Dentro del informalismo, se situó dentro de la
denominada “pintura matérica”, conocida
como “art brut”,
que se caracteriza por la mixtificación técnica y el empleo de materiales
heterogéneos, muchas veces de desecho o de reciclaje, mezclados con los
materiales tradicionales del arte buscando un nuevo lenguaje de expresión
artística.
Las obras más características de Tàpies
son las que aplica su mixtura de diversos materiales en composiciones que
adquieren la consistencia de muros o paredes, a las que añade distintos
elementos distintivos a través de signos que enfatizan el carácter comunicativo
de la obra, semejando el arte popular del "grafiti".
Asimismo, tiene una gran significación en su obra el carácter iconográfico que añade a través de distintos signos como cruces, lunas, asteriscos, letras,
números, figuras geométricas, etc. Para él, estos elementos tienen una
significación alegórica relativa al mundo interior del artista, evocando temas
tan trascendentales como la vida y la muerte, o como la soledad, la
incomunicación o la sexualidad. Otro rasgo distintivo era la austeridad cromática, donde se movía en
gamas de colores austeros, fríos, terrosos, como el ocre, marrón, gris, beige o negro.
En su obra, reflejó una gran preocupación
por los problemas del ser humano: la enfermedad, la muerte, la soledad, el dolor
o el sexo. Tàpies nos dio una nueva visión de la realidad más sencilla y
cotidiana. La concepción vital de Tàpies se nutría de la filosofía
existencialista.
En los años 70,
influenciado por el pop-art, empezó a utilizar objetos más
sólidos en sus obras, como partes de muebles. Pero, la utilización de elementos
cotidianos en su obra no tiene el mismo objetivo que en el pop-art. Se suele considerar a Tàpies
como precursor del arte povera,
con la utilización de materiales pobres y de desecho, aunque hay que remarcar
la diferencia conceptual de ambos estilos.
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Imagen extraída de internet |
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